La sensación de falta de aire, en términos médicos se le conoce como disnea.
La disnea puede ser causada por múltiples condiciones, dentro de las que podemos mencionar enfermedades pulmonares como:
- Enfermedades pulmonares agudas, que son enfermedades que se producen en poco tiempo y en general se deben tratar y resolver rápidamente, como son las infecciones del pulmón, entre ellas neumonía o bronquitis; también se puede producir por la presencia de coágulos en los vasos pulmonares denominados embolismo o tromboembolismo pulmonar o por ruptura del pulmón llamada neumotórax.
- Enfermedades pulmonares crónicas, que son enfermedades que se desarrollan a lo largo del tiempo, algunas son progresivas en el tiempo, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (enfisema o bornquitis crónicas), la fibrosis pulmonar idopática y otras de forma intermitente como el asma que se puede controlar pero no se curan.
- Enfermedades pulmonares malignas, que se refiere a tumores pulmonares (cáncer de pulmón), cuando se detecta en estados avanzados que no se pueden operar, progresan en el tiempo y pueden llegar a causar entre otros síntomas la falta de aire. Algunas enfermedades malignas o cáncer de otros órganos pueden invadir el pulmón o la mebrana que recubre el pulmón y acumular líquido en el tórax que puede condicionar falta de aire.
- Enfermedades cardiacas crónicas, una condición que produce falta de aire de forma crónica es la Falla cardiaca, que se refiere a la falla de "bomba" del corazón secundario a otras condiciones como cardiopatías isquémicas o arritmias.
Una vez que el médico identifica la causa de la falta de aire, en muchas ocasiones indica oxígeno, este oxígeno se puede administrar de diversas formas incluyendo tanques o cilindros de oxígeno y el lugar para tratar puede ser en hospital para las condiciones agudas, pero para las condiciones crónicas y malignas muchas veces el lugar del tratamiento puede ser el domicilio; y en estos casos podemos utilizar cilindros de oxígeno o concentradores de oxígeno.
Hay que recordar siempre que el oxígeno funciona como si fuese un medicamento por lo tanto debe tener prescripción médica para poder utilizarlo.